En el verano de 2003, el Valencia mostró interés en fichar a dos jugadores que generaron revuelo en los medios valencianos. Uno de ellos era un joven delantero portugués de solo 17 años llamado Cristiano Ronaldo, mientras que el otro era un prometedor lateral izquierdo del Athletic Club de Bilbao llamado Asier del Horno. Aunque Ronaldo acabó triunfando en el Manchester United y consolidándose como una estrella mundial, Del Horno se unió al Valencia tres años después, con la esperanza de llenar el vacío dejado por un referente como Carboni en el lateral izquierdo.
Del Horno, originalmente destinado a ser pelotari, encontró su camino en el fútbol en las categorías inferiores del Athletic. Tras destacar en el primer equipo del Athletic durante dos temporadas, fue transferido al Chelsea por una cifra considerable. Sin embargo, su paso por el Chelsea fue irregular, y su carrera se vio marcada por lesiones y controversias, como su expulsión en un partido de Champions League por una dura entrada a un joven Messi.
En 2006, el Valencia pagó una suma considerable por Del Horno, esperando que se convirtiera en un jugador clave en el lateral izquierdo. Sin embargo, su tiempo en Valencia estuvo plagado de lesiones y problemas extradeportivos. Del Horno era conocido por su vida nocturna agitada, lo que le valió críticas por parte del entrenador Quique Sánchez Flores, quien cuestionó su profesionalismo y compromiso con el equipo.
A pesar de las expectativas, Del Horno solo disputó cinco partidos con el Valencia antes de ser cedido al Athletic de Bilbao. Su regreso al Athletic no fue triunfal, ya que continuó lidiando con lesiones y problemas disciplinarios. Eventualmente, fue cedido al Levante, donde formó parte del equipo que logró la mejor clasificación en la historia del club en La Liga.
Sin embargo, su paso por el Levante también estuvo marcado por incidentes fuera del campo, como el episodio en el que rompió una puerta de cristal durante la celebración de la clasificación para la Europa League. Después de este incidente, el Valencia le otorgó la carta de libertad, y Del Horno se unió al Levante antes de retirarse definitivamente del fútbol.
Tras su retiro, Del Horno regresó al País Vasco, donde retomó su pasión por la pelota vasca y continuó jugando en el frontón. Lejos de los focos mediáticos, ha seguido con su vida disfrutando de una vida más tranquila y alejada del mundo del fútbol profesional.
